lunes, 15 de agosto de 2016

Isabel de Borbón (1602-1644).

La reina desdichada

La vida de Isabel de Borbón no fue un camino de rosas. Desde que saliera de su mundo infantil en la corte francesa rodeada de hermanos y medio hermanos, Isabel, siendo aún una niña, llegó a España para casarse con quien se convertiría en Felipe IV. La nueva reina española tuvo que soportar las infidelidades de su marido, en especial sus amoríos con la Calderona y ver como nacían hijos ilegítimos mientras ella sufría continuos abortos o muertes prematuras de sus hijas. El control ejercido sobre su persona por parte del valido real y la constante sospecha de enemiga en palacio por su origen francés en un tiempo en el que ambos países se enfrentaron continuamente hicieron que Isabel de Borbón tuviera una existencia desdichada. Solamente al final de su vida Felipe IV se dio cuenta de que tenía a su lado a una mujer inteligente, culta, capaz de gobernar en su ausencia y de darle el cariño que había buscado en manos de otras mujeres. Pero fue demasiado tarde.



El 17 de octubre de 1615 se celebraba en París la boda por poderes de los príncipes y dos meses después ambas comitivas reales se encontraban en el río Bidasoa donde tuvo lugar el intercambio de princesas. Antes de que terminara el año, Isabel se había instalado en Madrid. Felipe tenía entonces diez años y la princesa francesa trece con lo que se decidió que, por el momento, tuvieran vidas separadas. 

No fue hasta el año 1620 que Felipe e Isabel consumaron su matrimonio y meses después la princesa quedaba embarazada. En aquellos mismos días, España afrontaba la muerte del rey Felipe III. Con la subida al trono del joven Felipe IV accedía al poder un nuevo valido. Parecía que la historiase repetía. El conde-duque de Olivares no sólo ejerció desde el primer momento una fuerte influencia sobre el monarca sino que controló en todo momento el entorno de la nueva reina. Como ya ocurriera con el duque de Lerma y Margarita de Austria, el conde-duque de Olivares le dio a su esposa, Inés de Zúñiga, el título de camarera mayor de la reina.

El 14 de agosto de 1621 nacía la infanta María Margarita. Esta pequeña princesa iniciaría una triste lista de abortos y nacimientos que no pasaron de sobrevivir escasos años o meses. De los ocho alumbramientos que tuvo que sufrir Isabel, solamente dos, el príncipe heredero Baltasar Carlos y la princesa María Teresa de España, futura reina de Francia, terminarían sobreviviendo. Y mientras la reina desesperaba viendo cómo sus hijos perdían la vida sin consuelo, debía soportar el nacimiento de los hijos ilegítimos de su marido. Entre ellos, Juan José de Austria, quien nació el mismo año que Baltasar Carlos. El bastardo fue fruto de los amoríos entre Felipe IV y la actriz María Calderón, conocida La Calderona y sería aceptado en la corte años después. 

Fue al final de su vida que Isabel de Borbón consiguió ganarse el afecto de su pueblo y su marido. Durante los conflictos acaecidos en 1642 la reina inició una colecta para poder sufragar los gastos del ejército y se volcó de lleno en el gobierno del reino. “Valerosa matrona” fue el calificativo que recibió de distintos libelos populares quienes vieron un gran contraste entre la actitud de Isabel y la pasividad del rey y su valido. Al año siguiente, la llamada como “conjura de las mujeres” ayudaría a terminar de una vez por todas con la influencia del conde-duque de Olivares sobre Felipe IV. Ana de Guevara, antigua nodriza del rey y la duquesa de Mantua, antigua virreina de Portugal, se acercaron al monarca para hacerle saber las malas artes del valido. Su enfrentamiento con la reina en lo referente a la necesidad de formar casa propia para el príncipe Baltasar Carlos, fue el detonante que llevó a Felipe IV a informar en una breve nota a su valido, que debía dejar el palacio.






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Los borbones en Quebec

Début du siège de Québec



martes, 2 de agosto de 2016

Guerra Hispano-Rusa (1799 - 1801).

La guerra hispano-rusa (1799 - 1801) fue un conflicto militar entre el Imperio ruso y el Reino de España motivado por la alianza de la España borbónica con el Directorio Francés y la negativa de Carlos IV de España a reconocer a Pablo I de Rusia como Gran Maestre de la Orden de Malta.

A pesar del estado de guerra entre ambos países, nunca se llegaron a romper oficialmente las hostilidades.



Historia


En 1797 el zar Pablo I fue investido Protector de la Orden de San Juan de Jerusalén por los caballeros exiliados en su imperio, en reconocimiento de la acogida y el apoyo prestado a la Orden. Organizados en el Gran Priorato de Rusia, tras la conquista de la isla de Malta por Napoléon Bonaparte ese mismo año, rechazaron el tratado de entrega de la isla y rompieron con quienes lo reconocían. El Gran Maestre de la Orden, Ferdinand von Hompesch zu Bolheim, fue declarado depuesto y sustituido por el Zar (13 de noviembre de 1798), que tenía además tenía miras ocultas para proporcionar a su flota un puerto desde el cual dominar el Mediterráneo.

El rey de España, Carlos IV, cuyo hermano Fernando I de las Dos Sicilias era señor feudal de Malta, se creyó obligado a negarse al reconocimiento de tal investidura, ya que el Zar no pertenecía a la fe católica propia de la Orden, sino a la ortodoxia rusa.

A esta negativa española se unió el fracaso de las gestiones rusas para apartar a España de su alianza con Francia y unirse a laSegunda Coalición contra la Francia republicana. A pesar de las promesas de hombres, naves y ventajas comerciales, Carlos IV y Godoy declinaron, conscientes de su incapacidad para contener una invasión terrestre de su poderoso vecino francés.

Finalmente, Rusia le declaró la guerra a España (15 de julio de 1799), que respondió haciendo lo propio (9 de septiembre). No obstante, el nuevo estado de guerra no tuvo consecuencias prácticas, pues, tras la victoria francesa en la batalla de Marengo (14 de junio de 1800), Rusia cambió su actitud. Al conquistar los ingleses Malta y negarse a devolver la isla a la Orden Hospitalaria, no queriendo dar en bandeja a los rusos tan estratégico puerto, el Zar rompió con Gran Bretaña y pasó a ser aliado de Francia.

El 23 de marzo de 1801 el zar Pablo fue asesinado. Su sucesor, Alejandro I, hombre de carácter liberal, tolerante y bondadoso, notificó a España su elevación al trono, y sus buenas disposiciones permitieron el restablecimiento de la paz el 4 de octubre de 1801.

                                                                     Alejandro I

No obstante la paz, Carlos IV se negó a reconocer las pretensiones del Zar como protector de la Orden. Considerando que la Orden se había convertido en un apéndice de una potencia extranjera y estaba impedida para cumplir sus antiguos servicios a la Cristiandad, y a fin de evitar que sus cuantiosas rentas salieran del país, el Rey de España se proclamó Gran Maestre de la Orden en sus dominios, como ya había ocurrido a comienzos de la Edad Moderna con las demás órdenes militares nacionales (17 de abril de1802). 

Aunque la Paz de Amiens estipulaba la devolución del archipiélago maltés a la Orden, el Reino Unido mantuvo su dominio sobre el mismo hasta su plena independencia en 1964.