martes, 5 de diciembre de 2017

El Tratado de Utrecht y Cataluña.




El Tratado de Utrecht, también conocido como Paz de Utrecht o Tratado de Utrecht-Rastatt, es, en realidad, un conjunto de tratados firmados por los estados antagonistas en la Guerra de Sucesión Española entre los años 1713 y 1715 en la ciudad holandesa de Utrecht y en la alemana de Rastatt. Los tratados ponen fin a la guerra, aunque posteriormente a su firma continuaron las hostilidades en territorio español hasta julio de 1715, momento en que el marqués de Asfeld tomó la Ciudad de Mallorca. En este tratado Europa cambió su mapa político.




Asunto Cataluña

DE HECHO, el artículo 13 del Tratado de Utrecht dejaba claro que al rey de España se le pedía tratar a los rebeldes con clemencia. Era lo mínimo que podían pedir los negociadores británicos. Obviamente, no había manera de imponer tal demanda al hostil gobierno español, que mediante el mismo tratado se le acababa de privar de una buena parte de su territorio imperial. Había la posibilidad de una rendición negociada, como Berwick esperaba; pero Rafael Casanova y el grupo en Barcelona que le apoyaba se había negado a negociar, lo que obligó al general Villarroel a dimitir de su mando militar. La decisión de Casanova fue un acto deliberado de suicidio.

Los catalanes, libre y felizmente, aceptaron a Felipe V como rey. En octubre de 1701, las Cortes de Cataluña, presididas por el rey, se reunieron en el monasterio de San Francisco. En una atmósfera de exquisita moderación, el rey accedió a buena parte de las peticiones de las Cortes y concedió varios privilegios de nobleza para miembros de la élite catalana. En agradecimiento, las Cortes le obsequiaron con una bonita suma de dinero para las necesidades reales. Fue, con seguridad, una de las reuniones de Cortes en Barcelona con más éxito. El brazo real informaba que el rey les había otorgado «tan singulars gràcias i prerrogativas quals en pocas Corts se hauran concedit», y un posterior oponente del régimen de Felipe V, Feliu de la Penya, admitía que la sesión había resultado en «las constituciones más favorables que había conseguido la provincia».