“🅂🄰🄽🅃🄾🅂 🄸🄽🄾🄲🄴🄽🅃🄴🅂” hace referencia a los niños asesinados por orden del rey Herodes, quien pidió asesinar a todos los menores de dos años para evitar que se cumpliera la profecía que ubicaba a Jesús como el Mesías, nacido unos días antes.
No obstante dicha tradición en la actualidad ha cambiado, cabe recordar que lo que sucedió no fue una broma, pero la historia todo lo camufla. Actualmente la tradición se sigue en varios países, ya sea por medio de bromas, trucos o con engaños inocentes, entre los cuales destacan las historias inventadas o la petición de dinero; a quien cae es común decir “inocente... inocente".
Otro pasaje de la historia es la Navidad Sangrienta D'Annunzio rechazó el Tratado de Rapallo desde el primer momento y respondió con las armas, enviando a sus legionarios a ocupar las islas de Arbe y Veglia, que el tratado destinaba a Yugoslavia. Cuando el tratado fue aprobado oficialmente por el parlamento, el general Enrico Caviglia movilizó tropas por la ciudad y envió un ultimátum a D'Annunzio: los rebeldes debían retirarse de las islas y aceptar el tratado. El poeta rechazó cualquier negociación, incluso cuando Caviglia concedió otras 48 horas para entregarse a las autoridades y evacuar a los civiles. Las tropas legionarias se posaron alrededor de la ciudad, creando una red de trincheras y barricadas. En la tarde de Nochebuena, las tropas regulares lanzaron el ataque.
Los enfrentamientos que comenzaron el 24 de diciembre fueron bautizados por D'Annunzio como la Navidad sangrienta. Después de la tregua de Navidad, la batalla se reanudó el 26 de diciembre. Ante la resistencia de los legionarios, que se opusieron con ametralladoras y granadas, la Armada recibió la orden de bombardear las posiciones rebeldes. Las baterías del acorazado Andrea Doria también bombardearon el edificio del gobierno, sede del mando de D'Annunzio. El bombardeo continuó hasta el 29 de diciembre y causó muertos y heridos incluso entre la población civil.