lunes, 5 de diciembre de 2022

  ⚜ 🅸'🅼 🆃🅷🅴 🅵🆄🅲🅺🅸🅽🅶 🅼🅰🅽!   El pene que cambió la historia de España

 


⚜El pene que cambió la historia de España ⚜


No hay frase más absurda que la de "el tamaño no importa". Mentira. Claro que el tamaño importa. No es lo mismo un coche de dos plazas que de cinco. No es lo mismo un montadito que un bocata. Y no es lo mismo un pene grande que un pene pequeño. Y si no, que se lo digan al rey Fernando VII.

Por si eras de los que estudiaba sin saber ni lo que estaba leyendo para aprenderlos de memoria y soltarlo en el examen, te vamos a poner en contexto. Fernando VII fue rey de España durante el primer tercio del siglo XIX. Su reinado es complejo de c*jones y difícil de explicar en un párrafo de un artículo de Yasss, así que si quieres saber más, pues te lees la Wikipedia. Simplemente te diremos que era hijo de Carlos IV, el que se comió la Revolución Francesa y nieto de Carlos III, al que suelen llamar "el mejor alcalde de Madrid" porque le dio un buen lavado de cara a la capital del reino.

Isabel II, la que fue reina de España. Y quizás ahora mismo te estés haciendo esta pregunta: ¿pero cómo que hubo una legítima heredera que reinó heredando la corona de su padre si en España no pueden reinar las mujeres que ahora tenemos a Felipe VI en el trono porque la corona es para hombres y a Elena y a Cristina se las saltaron a pesar de haber nacido antes?

Por el pene de Fernando VII, el protagonista de esta historia.

Los Borbones, la familia que sigue reinando en la actualidad y a la que también perteneció Fernando VII, siempre ha sido conocida por sus enfermedades, deformidades y problemitas varios. El rey que nos incumbe hoy tenía una deformidad llamada macrosomía genital, o unos genitales que se han desarollado muy por encima de lo que consideraríamos normal. O sea lo de Nacho Vidal al lado de este hombre era un pulgar de nada.

Según Próspero de Mérimée, escritor e historiador francés de la época, el pene del rey era "fino como una barra de lacre en su base y tan gordo como el puño en su extremidad". Un puño, amigos. Un puño. El drama es real, y nunca mejor dicho. Quizás ahora también te estés preguntando por qué no se le notaba el paquetillo a Fernando VII en sus famosos retratos, como el de Francisco de Goya que abre esta noticia: pues porque en aquel momento el canon clásico exigía que los hombres, en el arte, fueran representados con penes pequeños (como el de David de Miguel Ángel).

Fernando VII se casó primero con su prima, luego con su sobrina, luego con la hija de una prima, y por último con otra sobrina. Que quede todo en casa. Ya dijimos antes que los Borbones, como eran muy de mezclarse para no perder coronas y poderes, luego tenían mogollón de problemas biológicos. Hasta el cuarto matrimonio no logró tener descendencia, debido a abortos naturales o fallecimientos de sus mujeres.

Conviene también recordar que fue precisamente en el siglo XIX cuando el feminismo floreció y empezó a conquistar derechos para la mujer, para que su única labor social no fuera, como les pasó a las pobres esposas de Fernando VII, parir para dar descendencia (masculina, a poder ser) a la familia.

Pero a lo que vamos. Que ya estamos a punto de llegar al papel histórico del pene de Fernando VII. El rey no tenía descendencia y eso era un problema de Estado. Algunos médicos le dijeron al monarca que a lo mejor el problema era suyo. Muy valiente por su parte decirle eso al rey. Pero suponemos que el rey también era consciente de su problema y quiso colaborar para solucionarlo.

Estos eruditos (los pocos que quedaban en España, porque Fernando VII, además de un pene grande, también tenía fama de rey muy regulero, porque había echado de España a todo afrancesado que se cruzase en su camino, y los afrancesados eran partidarios de la Ilustración, es decir, de saber cosas) dieron rienda suelta a su creatividad e idearon una especie de cojín-donuts para que el monarca metiera su pene por el medio. Así, la parte gruesa de su miembro quedaría fuera de la vagina de la mujer y no la dañaría. Aunque en España las mujeres no podían reinar por ley, Fernando VII también se pasó por el anillo-cojín la legislación vigente y dijo que por su mismísimo que reinaba su hija, que la familia Borbón no iba a perder la corona solo porque él había nacido con un miembro descomunal.


Y así fue. El rey antes tenía mucho más poder que ahora, y más aún si hablamos de Fernando VII que gobernó casi como un dictador, así que se sacó de la manga la Pragmática Sanción de 1830 que restablecía la sucesión tradicional de las Siete Partidas de Alfonso X de Castilla, según el cual las mujeres podían reinar si no tenían hermanos varones.

Así que, queridos amigos y amantes de la historia, no os equivocáis si decís que un pene cambió la historia de España. El descomunal pene de Fernando VII se las vio y se las deseó para cumplir con su trabajo y cuando por fin logró que el semen del rey llegase a buen puerto le salió la descendencia femenina, por lo que el rey tuvo que cambiar las leyes para que su hija pudiera ser reina, y no su hermano. Que por cierto, ese hermano, Carlos María Isidro de Borbón se picó mogollón y así nacieron los carlistas, que aún hoy siguen en activo reclamando la otra línea monárquica que se truncó porque a Fernando VII se le puso en la entrepierna.

fuente yasss.es

En la actualidad el Rey Felipe VI, por desgracia o fortuna también tiene un pene descomunal.En este contexto de crisis y de debilidad de la monarquía, lo más acérrimos a la Corona utilizan casi cualquier argumento posible para defender la continuidad de la institución. Hay quien, incluso, ha utilizado el tamaño del pene del rey Felipe VI para humillar a sus enemigos y ensalzar al monarca. Por lo visto, el esposo de Letizia puede presumir de tener un órgano descomunal… Es un escándalo que se hable del jefe de Estado en estos términos.





miércoles, 1 de junio de 2022

 🔆 🅰🆄 ØⱤØ la historia real ⚜

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¿Llegó del espacio 🚀?


Esta teoría ha sido adoptada en las últimas décadas por la mayoría de los científicos como una forma de explicar la abundancia de oro sobre la Tierra. Se cree que nuestro planeta tiene 1,3 gramos de oro por cada 1.000 toneladas de otro tipo de materiales de la corteza terrestre (la cáscara rocosa del planeta tiene unas 25 millas de espesor -más de 40 kilómetros-), una cifra demasiado alta como para encajar con los modelos estándares de formación de nuestro planeta.

𝟜.𝟝𝟘𝟘 millones de años atrás, la superficie de la Tierra estaba cubierta de volcanes y rocas fundidas; durante decenas de millones de años, la mayoría del hierro se hundió a través de la capa exterior conocida como el manto hacia el núcleo de la Tierra. El oro se habría mezclado con el hierro y se habría hundido con él. Matthias Willbold, un geólogo del Imperial College de Londres, compara ese proceso con el que sucede con las gotas de vinagre que se quedan en el fondo de un plato con aceite de oliva. Una de las teorías es que el núcleo de la Tierra contiene una gran cantidad de oro.

¿Qué es el oro?



El oro es uno de los metales preciosos conocidos, identificado en la tabla periódica de los elementos químicos con el símbolo ‘Au’. Es un elemento poco reactivo, clasificado químicamente entre los ‘metales de transición’. Bien, ahora que conocemos al metal precioso ORO; os puedo contar la triste historia de ello. Ayer visionando la película del año 2017 con el mismos nombre dirigida por Agustín Díaz Yanes, basada en un relato breve escrito por Arturo Pérez Reverte, me da la impresión que no tubo mucha aceptación por la descripción de la historia que se supone que sucedió en el siglo XVI, con la fiebre del oro. En otras culturas o épocas, queda muy nostálgico y aventurero caso que en la época del imperio Español se muestra como cruel y despiadado.

Para hacernos una idea de la cantidad de oro y plata que llegaron a las costas españolas, en el siglo XVI, los galeones españoles llevaron, según la Casa de Contratación de las Indias, 9.550 toneladas de oro y plata. Lamentablemente casi todo el oro que llegaba a puerto se destinaba a pagar las deudas con Holanda, Francia y Alemania mayormente. En fin que era una necesidad para subsistir la economía del imperio. De ahí la frase no es oro todo lo que reluce...