martes, 13 de marzo de 2018

Tratado de Tordesillas.



El Tratado de Tordesillas (en portugués: Tratado de Tordesilhas) fue el compromiso suscrito en la localidad de Tordesillas —situada en la actual provincia de Valladolid, en España—, el 7 de junio de 1494,1​ entre los representantes de Isabel y Fernando, reyes de Castilla y de Aragón, por una parte, y los del rey Juan II de Portugal, por la otra, en virtud del cual se estableció un reparto de las zonas de navegación y conquista del océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante una línea situada 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, a fin de evitar conflictos de intereses entre la Monarquía Hispánica y el Reino de Portugal. En la práctica este tratado garantizaba al reino portugués que los españoles no interferirían en su ruta del cabo de Buena Esperanza, y viceversa los primeros no lo harían en las recientemente descubiertas Antillas.

Aunque por Tratado de Tordesillas se conoce al convenio de límites en el océano Atlántico, ese día se firmó también en Tordesillas otro tratado por el cual se delimitaron las pesquerías del mar entre el cabo Bojador y el Río de Oro, y los límites del Reino de Fez en el norte de África.

La Unesco le otorgó la distinción de Patrimonio de la Humanidad en 2007 dentro de su categoría Memoria del mundo.





Ilha da Queimada Grande

Al conocer la historia de esta isla, la mayoría de las personas sienten pánico y repulsión de sólo escucharla, ni al más valiente le dan ganas de adentrarse en esta extraña y terrorífica isla, además de que por seguridad se ha prohibido el paso a esta. El nombre de esta singular isla es “Ilha da Queimada Grande” que significa Isla del gran fuego, su extensión territorial es de 430.000 metro cuadrados y se encuentra ubicada en las costas del estado de São Paulo, Brasil. Este lugar también tiene otro nombre por lo aterrador que habita en ella.



Esta isla no cuenta con ningún edificio ya que ha sido imposible construir alguna estructurara en el lugar, solamente cuenta con un faro que lo mantuvo firme una familia hasta finales del siglo XX pero al parecer esta familia no pudo sobrevivir allí. Hoy en día el lugar está resguardado por oficiales de la marina brasileña. Este sitio luce a primera vista como un paraíso en el cual se puede pasar un momento agradable pero es todo lo contrario, cuando te adentras pocos metros, la vegetación de la selva puede cubrir hasta la cintura.

Dentro de ella se pueden encontrar un gran número de serpientes, algunas leyendas locales cuentan que se puede encontrar hasta cinco serpientes por cada metro cuadrado. Desde luego esto sólo es una leyenda ya que sería un número exagerado, pero en algunos puntos de la isla esto si es real, tal vez esta sea una razón por la cual no se ha encontrado alguna señal de que los humanos hayan habitado el lugar desde hace décadas y aunque el lugar es hermoso no es recomendable visitarlo ya que adentrarse a ella podría ser mortal.

La entrada a civiles en la isla esta prohibida ya que caminar por cualquier punto seria encontrarse varias serpientes muy peligrosas, solamente algunos valientes científicos se han adentrado al lugar con fines de investigación, además de militares. Se ha descubierto que la mayoría de las serpientes que habitan el lugar son de las más venenosas del mundo.


Esta Isla también ha sido llamada la “Isla de las cobras” y se ha convertido en una de los mayores serpentarios del mundo. Desde luego que esta reserva natural ha sido protegida por el gobierno de aquel país por el gran contenido de fauna. La especie llamada “Serpiente de Isla Quemada” está amenazada y solamente existe en esta isla y debido al espacio reducido del lugar, tiene que compartirlo, incluso se aparea con serpientes de la misma familia, creando un problema de supervivencia.


Aunque esta clase de serpientes es muy venenosa y peligrosa, el gobierno la mantiene protegida puesto que son criaturas únicas y maravillosas. Quizás asquerosas y horribles para algunos, pero un tesoro natural para otros. Tal vez en un futuro se ponga en cuestión la habitabilidad de este entorno, pero hoy en día esta isla está custodiada para preservar la naturaleza que existe en ella y su seguridad.

Por muy atractiva que sea esta isla, es recomendable no poner ni un pie en ella. El veneno de estas víboras es más mortífero que el de muchas especies que existen alrededor del mundo. Si una persona es mordida por una de ellas, podría morir de inmediato por necrosis, algo que nadie quisiera vivir durante sus vacaciones.