domingo, 19 de marzo de 2017

Teoría de la Tierra Hueca.

Desde los inicios de la humanidad los seres humanos se han visto fascinados con la idea de la existencia de una civilización subterránea.

 Las mitologías griegas y nórdicas hablan de toda una civilización viviendo en un mundo completa-mente diferente debajo de nosotros. Sin embargo, la teoría de la Tierra Hueca no es sólo un elemento de la mitología y de la ciencia ficción. 



Descripción de la creencia

Algunos defensores de esta creencia propugnan que existen dos aperturas, una en cada polo. También existirían cuevas y sistemas de túneles en todo el planeta Tierra, que podrían unir lugares muy distantes por el subsuelo.

El escritor de ciencia ficción Raymond A. Palmer (1910-1977) afirmaba ―sin aportar ninguna prueba― que la Tierra es hueca y que los ovnis provienen de una civilización de seres superiores que está oculta en su interior inexplorado.[cita requerida]

El escritor español Félix Baltanás, en su libro Mil kilómetros abajo,2 afirma que el polo magnético debería estar siempre posicionado en el mismo lugar que el polo geográfico. Afirma también que en el interior de la Tierra flota un sol que da vida a una tierra interior y habitada sin noches, con clima tropical y gravedad de 6,7 g. Plantea una opinión alternativa al movimiento de las placas tectónicas, afirmando que se deben a que la Tierra está aumentando de tamaño. En el centro de las aperturas de cada polo no habría gravedad y el mar se hundiría por una de ellas hasta salir por la otra (lo que serviría de ruta naval y migratoria hacia el interior). Afirma que estas verdades no son conocidas por el gran público debido a una gran conspiración en la que «están involucrados los planetas, la NASA, Google Earth, », que conocen perfectamente el tema pero se han confabulado para ocultarlo.

La evidencia de que el planeta Tierra es hueco es que la exploración del interior de la Tierra no ha sido significativa, ya que la máxima perforación, realizada en el Pozo Superprofundo Kola en Siberia, es de 12,3 km, el 0,1 % del diámetro terrestre, se esperaba que la profundidad del pozo alcanzara 13 500 m a finales de 1990 y 15 000 m en 1993,3 pero resultó ser inalcanzable profundizar a un nivel mayor de 12 262 m, y se detuvieron los trabajos en 1992. El motivo fue que se hizo imposible, técnicamente, el profundizar más en la corteza pues la temperatura de unos 180º C (cuando habían calculado casi la mitad a esas cotas), hacían fluir continuamente una masa de fango e hidrógeno. Hoy en día los estudios geológicos continúan de la mano de la empresa estatal GNPP Nebra, con un laboratorio geológico a 8578 metros de profundidad.




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